«Los recursos para la paz en las
Religiones Tradicionales»
Mensaje final del coloquio
promovido por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso
CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 28
enero 2005 - Mensaje final del Coloquio «Los recursos para la paz en
las Religiones Tradicionales» (Ciudad del Vaticano, 12-15 enero
2005), enviado por el dicasterio organizador, el Pontificio Consejo
para el Diálogo Interreligioso.
De acuerdo con su presidente, el
arzobispo Michael Fitzgerald, «cuando hablamos de las religiones
tradicionales, estamos pensando en las religiones étnicas o
tribales, es decir, aquellas que se han desarrollado en un grupo
étnico específico y que, por tanto, son diferentes de las religiones
mundiales, que superan los confines nacionales».
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PONTIFICIO CONSEJO PARA EL DIALOGO
INTERRELIGIOSO
Ciudad del Vaticano
Coloquio sobre:
«Los recursos para la paz en las
Religiones Tradicionales»
Ciudad del Vaticano, 12-15 enero
2005
Mensaje final
1. La paz es una búsqueda
constante por parte de los hombres y de las mujeres de buena
voluntad. Siguiendo las huellas de Jesús, Príncipe de la Paz, la
Iglesia, plenamente consciente de la necesidad de paz en un mundo
dividido, alienta el diálogo para que haya mejor comprensión y
relaciones armoniosas entre creyentes de distintas religiones. Del
12 al 15 de enero de 2005 en Roma, el Pontificio Consejo para el
Diálogo Interreligioso ha organizado un Coloquio sobre «Los recursos
para la paz en las Religiones Tradicionales». En este Coloquio se
han reunido 24 expertos, procedentes de África, de América, de Asia
y de Oceanía, para reflexionar sobre qué contribución pueden dar las
religiones tradicionales para construir la paz en el mundo. Este
encuentro, así como el que le precedió sobre «Los recursos
espirituales de las Religiones para la paz», también organizado por
el Consejo para el Diálogo Interreligioso del 16 al 18 de enero de
2003 en Roma, fue una continuación de la Asamblea Interreligiosa que
se desarrolló en el Vaticano del 25 al 28 de octubre de 1999, de la
Jornada Mundial de Oración por la Paz, que se celebró en Asís el 24
de enero de 2002 y del Forum para la Paz que la precedió.
2. Los participantes han subrayado
las características específicas de cada religión tradicional y la
importancia de los siguientes elementos: tradición oral, rituales,
mitos y proverbios, así como la visión comunitaria de la vida, la
sacralidad de la naturaleza, la visión unificada de la realidad, el
acento sobre la vida y sobre las relaciones, cosas todas que
requieren una atención especial.
3. Los participantes en general
han estado de acuerdo sobre el hecho de que, según las religiones
tradicionales, la paz es más que la ausencia de guerra o de
conflicto. La paz es vista positivamente en términos de armonía con
todos los aspectos de la realidad, lo visible y lo invisible, lo
divino y lo humano, lo cósmico y lo histórico. La paz presupone
también equilibrio y respeto por la diversidad. En las religiones
tradicionales la paz es promovida por una visión comunitaria de la
vida opuesta a una visión individualista, por relaciones con la
tierra y con el mar que inculcan un sentido de responsabilidad hacia
la naturaleza en su conjunto. Las sociedades tradicionales subrayan
las obligaciones sociales. Otros elementos positivos para la paz son
la prontitud para reconciliarse aunque se tenga la clara percepción
de la inevitabilidad de un conflicto, el papel central de las
mujeres como agentes de paz, la importancia de la familia, los
ancianos y la comunidad, y la necesidad de una justicia reparadora
así como del perdón.
4. Aún reconociendo la fuerza de
las religiones tradicionales, los participantes también han
compartido reflexiones sobre las dificultades que encuentran para
sostener los propios valores en el contexto de la globalización.
5. Partiendo de cuando se ha
expuesto anteriormente, el Coloquio alienta un mayor esfuerzo en la
promoción del diálogo entre cristianismo y religiones tradicionales,
especialmente en aquellas Iglesias locales en las que estas
religiones están presentes y son influyentes. Los participantes han
insistido en la necesidad del desarrollo de un diálogo
intrarreligioso entre los miembros de la Iglesia que provienen de
las religiones tradicionales. A través de estos dos tipos de diálogo
los participantes sostienen que tanto los cristianos como los
seguidores de las religiones tradicionales llegarán a una mejor
comprensión de las riquezas de las religiones tradicionales, pero
también de sus posibles limitaciones. Un conocimiento bien fundado
de estas tradiciones contribuirá al proceso de inculturación. La
Iglesia reconoce que los valores de las religiones tradicionales
pueden ser recursos saludables para promover la paz en el mundo. Es
el parecer de este Coloquio: si se toman más en serio estos
recursos, habrá más posibilidades de lograr una paz verdadera.
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